CRÓNICA-REPORTAJE
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Toledo - Sefarad |
Dentro del programa del diploma del Bachillerato
Internacional, el Centro de Bachillerato Ángel de la Guarda es el único de
España y uno de los pocos de Europa que
oferta, dentro del grupo Individuos y Sociedades, la asignatura de Religiones
del Mundo. Esta asignatura, una de las más interesantes, apasionantes y bonitas
del programa, ofrece a nuestros alumnos la oportunidad de conocer las religiones
del Taoísmo, Islamismo, Judaísmo de un modo general en el primer año
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Entrada a la Judería |
y, ya más
en profundidad, el Cristianismo en sus múltiples variantes y el Sijismo en el
segundo año. Siendo esto así, la visita a Toledo, que es una ciudad en la que
convivieron de un modo ejemplar para la humanidad las tres culturas, las llamadas religiones del Libro: islamismo, judaísmo y cristianismo, no estaba solo justificada, sino que es de obligado cumplimiento.
Tenemos en nuestras fronteras el paradigma de las
Religiones del Mundo: Toledo.
DÍA 1
Tarde. El puente de San Martín. San Juan de los Reyes.
Sinagoga de Santa María la Blanca
Toledo nos recibió con una gran y doble sonrisa: doble
porque la primera sonrisa nos la ofreció un cielo límpido y azul, con un sol
radiante y una temperatura envidiable; la segunda sonrisa nos la ofrecieron las
consagradas de Ignis Ardens de Argés,
un pueblecito muy cerca de Toledo. Encarnita nos recibió en la Guardería que el Instituto tiene en Toledo con una amabilidad extrema y con un almuerzo comida
que nos ayudó a afrontar las posteriores cuestas empedradas de la ciudad
imperial y que además nos sirvió de centro de operaciones para las distintas “incursiones” a las murallas, las puertas
y los puentes toledanos.
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Claustro de San Juan de los Reyes |
Precisamente por el puente de San Martín fue por donde
iniciamos nuestra mini conquista de la ciudad del águila bicéfala. Tras cruzar
el puente – y en paralelo a unos amantes del riesgo que cruzaban el río en tirolina – una primera pendiente
pronunciada nos lleva al monasterio de San Juan de los Reyes, una excepcional maravilla
arquitectónica del gótico isabelino ideada por la católica Isabel I, cuya
iglesia, claustro de arquería arborescente y parte elevada te deja con la boca
abierta.
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Claustro de San Juan de los Reyes |
Tras esta primera visita, y muy cerca de San Juan de los
Reyes, nos encontramos con lo que fue sinagoga judía en 1180, hoy cristianizada y
rebautizada – nunca mejor dicho – como Sinagoga de Santa María la Blanca, en
1391. El singular estilo mudéjar de
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Sinagoga de Santa María la Blanca |
la hermana pequeña de la cordobesa nos ofrece
una columnata que nos sumerge en los rezos y murmullos rabínicos del Semá, la Torá y los mitzvot judíos y nos vuelve a dar una muestra de la grandeza de
nuestra hospitalaria España. Los judíos sefardíes – así son llamados los judíos
españoles, a diferencia de los askenazíes, que son el resto de los judíos
europeos – llevaron el espíritu peninsular tras su expulsión en su diáspora
creando un arte propio, una lengua propia y una música propia con inconfundible
sello hispánico que los hizo diferentes.
La huella musulmana más importante, la Mezquita del Cristo
de la Luz, se nos quedaba demasiado lejos de nuestro plan de invasión y no nos
dio tiempo a visitarla. Pero la cultura islámica también se respiraba colgando
de torreones, puertas y murallas defensivas e incluso pasamos cerca de torres
de campanario hoy cristianizadas que fueron minaretes en los años de dominación
musulmana como ocurre con la torre de la iglesia del Salvador, antiguo minarete
musulmán, a cuya sombra pasamos cuando, por la calle de Santo Tomé, fuimos camino
de la populosa plaza de Zocodover.
Noche. Convento de las Jerónimas de San Pablo. Iglesia de
San Ildefonso (Jesuitas). Cena en la Judería.
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Sala de visitas del convento de las Jerónimas de San Pablo |
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Convento de las Jerónimas |
Faltos muchos de conversión como íbamos y siendo ese
mismo día el día que la Iglesia Católica celebraba la conversión de San Pablo,
la tarde dio paso a una noche que se iba a convertir
en mágica porque nos esperaban sorpresas y aventuras más que interesantes. Tras
un par de cuestas, dos giros y tres estrecheces de calle más, entramos por una
puerta sencilla que daba un coqueto patio toledano que olía a maceta y a limpieza; luego, unas escaleras crujientes y en penumbra que nos llevaban a un torno típico de
las clausuras tras el que no parecía haber nadie en un principio…hasta que en otro lado se abrió
una puerta… y tras ella… se encontraba la sala de visitas del convento de clausura de las
Jerónimas de San Pablo... ¡que estaban celebrando su fiesta! Nuestros chicos,
nada más entrar, se quedaron divididos entre alucinar con la reja de clausura
tras la que un grupo de monjas de sonrisas blancas y radiantes departían con un
grupo de sacerdotes y algunas fieles de por allí, o alucinar con la mesa de
buñuelos, rosquillas de manteca, bollos, pastelillos, refrescos… Tras un breve
instante de
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Convento de las Jerónimas |
zozobra, la tarde noche fue avanzando en lo que se convirtió en una
experiencia que nuestros alumnos no olvidarán. Don Bienvenido, nuestro capellán
y profesor de Religiones del mundo, es conocido de estas monjas de cuando su
estancia en Toledo y la sorpresa que se llevaron cuando lo vieron aparecer
inesperadamente solo fue superada por la sorpresa de nuestros alumnos al ver la
majestuosa sencillez de la vida contemplativa. Entre sonrisas, buñuelos y
preguntas, las monjas se volcaron en favores, atenciones, regalos, bendiciones,
oraciones, lamentaron que don Bienvenido no llevara ninguna de sus marionetas, a
las que echaron de menos, y, al final, hubo un interesante intercambio de
reflexiones encaminadas muchas al futuro y proyectos y vocaciones de nuestros
jóvenes… Y tuvimos que irnos, claro… Quedaba todavía mucho Toledo por ver…
Enseguida entramos en contacto con nuestra persona
infiltrada dentro de las murallas de Toledo para conseguirnos el acceso a
posiciones desde las cuales observar mejor nuestros siguientes objetivos.
Acceso a lugares privilegiados de los que solo Mabel… tenía la llave. Mabel,
consagrada del Instituto Ignis Ardens,
nos
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Torre de los Jesuitas - Al fondo, pincáculo de la catedral |
enseñó la Iglesia de San Ildefonso, más conocida en Toledo como la Iglesia
de los Jesuitas. Tras ver la iglesia y sus peculiaridades, ascendimos a una de
las cotas más elevadas de Toledo, las torres campanario, desde las cuales la
visión nocturna de la ciudad del Greco es espectacular y sobrecogedora. Ciento
cuarenta y tres peldaños nos llevan a ver el Alcázar iluminado, y el mazacote
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Catedral y Alcázar iluminados |
arquitectónico de la catedral de Toledo, nuestro siguiente objetivo, también
iluminado. El campanario es lo más alto de Toledo, más incluso que la propia
catedral, ya que, como nos explicaría don Juan Miguel, deán de la catedral,
la grandiosidad del proyecto y el limitado espacio que quedaba en el peñasco
donde se sitúa Toledo entre las ballestas del Tajo, obligó a construir la
catedral en el único lugar donde cabía, y este era una pequeña depresión.
Por eso, la aguja de la catedral no es el punto más alto, como suele
ocurrir en el resto de catedrales.
Despedida Mabel, que se portó con nosotros genial, era ya
la hora de cenar. Así que elegimos un sitio por la zona de Santo Tomé y luego,
de regreso en Argés, nos dispusimos a intentar reponer fuerzas… todavía quedaba
mucho Toledo por ver…
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Puerta de la Iglesia de los Jesuitas |
DÍA 2.
Mañana. Catedral de Toledo. Misa según el rito hispano-mozárabe.
Tour en Bus turístico.
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Momento de la misa en rito hispano-mozárabe |
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Capilla Mozárabe |
No queriendo romper el mito y la leyenda, la nochecita
fue toledana. Las temperaturas, cuando el sol se ve obligado a irse de Toledo,
bajan bastante y las brumas del río reparten escarcha por doquier. Pero quedaba
mucho por ver, así que, bien temprano y, aunque era obvio que se estaba mejor
bajo el techo del saco de dormir, nos esperaba el techo gótico flamígero de la
catedral de Toledo y otra de las experiencias inolvidables de nuestra
conquista: asistir a una misa oficiada en el rito hispano-mozárabe de la que
don Bienvenido formó parte. La misa en este rito se caracteriza por su autenticidad
y por su tendencia a mantener las misas tal y como se celebraban en la época
del esplendor toledano, puesto que se celebraban muchas de ellas en la clandestinidad al estar bajo dominio musulmán (y ya conocemos a los católicos,
cuanta más presión, más autenticidad), incluso cuando el Papa Gregorio ya había
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Capilla Mozárabe |
optado por el rito de la misa más parecido a las actuales. Prácticamente
cantada en latín – excepto las lecturas-, con un orden de la liturgia que nos sorprendió,
con los oficiantes de espaldas a los fieles y al coro de sacerdotes que salmodiaban
largos responsos desde los sitiales de una capilla de la catedral habilitada exclusivamente
para este rito... La experiencia para nuestros alumnos, estudiosos de las
distintas variedades del cristianismo, supuso un documento de primera mano impagable.
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Coro de la Catedral deToledo |
Terminada la misa, la grandiosidad de la catedral fue
nuestro siguiente objetivo. Columnatas, capillas, coro, claustro, sala del
tesoro, sala capitular – con todos los cardenales y arzobispos de Toledo-
cuadros del Greco, El expolio, Jesús Crucificado,
San Francisco y san León… etc… Tizianos,
Caravaggios, Sanzios…La espectacular custodia del Corpus Cristhi que dejaba a los asiáticos boquiabiertos...
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Sala Capitular de la Catedral de Toledo |
La catedral nos absorbió el tiempo de un modo mágico entre
tanto esplendor y filigrana de alabanza al Creador. Estaba claro que tanto
árabes como judíos habían dejado el listón muy alto, y habían dejado a la
ciudad convertida en un reto que superar. La cristiandad, por tanto, estimulada
por este trampolín, tenía que corresponder por su parte y lo hizo con creces pues la creación de estas maravillas demostraron y demuestran al mundo que
con la llegada de la Cruz estaban por llegar los verdaderos renacimientos y
glorias de la cultura, no ya a nivel arquitectónico y artístico, sino lo que de
verdad y con razón fue llamada la Edad Moderna.
Y quedaba mucho Toledo por ver… Así que no tuvimos más remedio
que echar mano de nuestros “contactos” con la Curia que nos facilitó un medio
de transporte para poder terminar lo que nos quedaba por conquistar. Mediante
el bus turístico, vimos el Alcázar, la Academia Militar, el puente de Alcántara, la
puerta Bisagra…y un largo etcétera… y aun así... nos quedó mucho Toledo por ver…
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Foto tomada desde el Bus Turístico descapotable. |
Ha sido un viaje fantástico y muy rico en matices y colores.
Ha habido tiempo para todo: para la sorpresa, para el recogimiento, para la
espiritualidad, para la aventura, para el orgullo de ser lo que somos… Esto hay que repetirlo.
Íbamos a conquistar Toledo, y Toledo acabó por
conquistarnos a nosotros...
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Coordinadora del Bachillerato Internacional y Departamento de Religiones del Mundo |
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